lunes, 29 de agosto de 2011

Podría.



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Hoy podría escribirte miles de palabras, escribir una vez más todo lo que siento, lo que ronda mi cabeza.
Quizá no sea el momento o quizá sean las canciones que suenan en mis auriculares la fuerza que recorre mis brazos, es como una energía, pero una que no sigue ninguna fórmula, una que nadie se puede explicar porque nadie la entiende.
 Creo que en realidad, nadie entiende está manía mía de llenar folios con tachones, marcas de bolis distintos, palabras que a simple vista no significan nada pero que pueden acabar por tocar algún corazón.
Dicen que estoy en la típica edad que todo tiene un doble sentido y yo les doy la razón.
Pensé que después de tanto tiempo te había encontrado, por fin, tu sonrisa era para mí y en esa milésima de segundo pensé tantas cosas que creí que echaba humo.
A veces, solo quiero correr hacia ti y susurrarte al oído las frases que me hacen pensar en arriesgar todo, me gustaría contarte una de esas que siempre acaba bien, una de esas que se basan en cumplir sueños...
Hace poco, me tope con una gran frase: "Estamos hechos de la misma materia que los sueños", ¿no crees que es así?
Levanta la mirada, despacio, mira el cielo, escruta cada centímetro que ves, busca los aviones que dejan una estela blanca a su paso y fíjate en las nubes,
¿No te gustaría sentarte en ellas?
Hundirte hasta conseguir quedarte dormido allí, dime que nunca lo has pensado, mentirías.
A veces, me encantaría mirarte fijamente y decirte con la mirada lo que no me sale con la voz, pedirte que me des la mano y me lleves lejos y que tú lo entiendas sin necesitar ni una sola palabra y ese silencio sea el más bonito.
En realidad, me da igual donde me lleves, me basta con estar contigo...

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