sábado, 12 de noviembre de 2011

Todo lo que nunca te dije II.


- Necesito que me hagas un favor.
- ¿Cual?
- Abre la caja de Pandora.
- ¿Para qué?
- Creo que ya es hora de que te diga todo lo que nunca me atrevía a decirte.

Rebobina,
tres años atrás,
vale,
frena ahí.

¿Los ves? Son una pareja,
una pareja que parecía invencible y que lo fue durante un largo período de tiempo,
pero de repente, todo se fue.
¿Te das cuenta de que siempre hay un "pero"?
Siempre he tenido metido dentro el pero que pregunta: "¿por qué?".
Y hoy, tres años después sigo sin encontrarlo, sigo sin saber porque cada número que compartimos lo tengo marcado a fuego dentro de mí, sigo sin entender porque te sigo teniendo idealizado, porque todo lo que haces por mucho que me duela no hace que te odie.
Allí, en ese parque oscuro siguen grabadas muestras huellas, a fuego, expectantes, por si un día se nos ocurre volver allí; quizá un poco como yo a veces, cuando te recuerdo y sueño con que me digas que solo hemos tenido un paréntesis de reflexión, y que ahora nos toca reinventar todo lo que un día creamos.
Allí, en la pantalla de ese cine, donde se ha quedado para siempre parada esa imagen, en la que miras a través de las gafas y se te ocurre besarme, y sé que hasta los protagonistas de esa película desearían haber vivido todo lo que nosotros vivimos.
Como aquella mesa en la que solíamos sentarnos y todavía nos espera el café que tanto te gustaba, ya algo frío, y aquel hombre que te miraba con ternura cuando pedías.
Como aquella casa a oscuras, que aún recorro mentalmente, que aún sé decir el milímetro exacto en el que te paraste para abrazarme o para simplemente, besarme.
¿Te acuerdas de todo esto?
Ahora avanza, tienes que ir a ese folio donde escribiste esa lista de sueños que querías cumplir,
¿ya? Para ahí,
leelos, uno a uno; felicidad, américa, una noche...
Y de repente, al final de la lista aparece ese sueño que se rompió en solo un instante: "siempre".
Creo que solo necesito una cosa, quizá la solución a todo esto sea conseguir esa explicación que tanto me tortura, la que siempre me has negado...
Ahora avanza,
¿te acuerdas de ese cuaderno? donde tejimos esa red de palabras para poder expresarnos.
¿Que piensas que ha sido de él?

¿Quieres oírlo? Está lleno, página a página, con todas las cosas que nunca te dije.


No hay comentarios:

Publicar un comentario