martes, 27 de diciembre de 2011

Insomnio


No sé en qué momento el insomnio llego a mi vida,
y desde ese momento todo ha ido un poco más cuesta abajo,
¿Por qué?
Porque a mí me gustaba soñar,
                     sí,
              me encantaba,
solía soñar que recorría el mundo enganchada a su cuello,
              enredada en sus caderas.

Solía soñar que poníamos el coche a 200 kilómetros por hora mientras yo sacaba la mano por la ventanilla simulando ser un pez mientras él me miraba riéndose a carcajadas desde el asiento de al lado y ponía esa música ñoña que enseguida cambiábamos por no reconocer que a los dos nos encantaba.

Sí, solía soñar que después de toda nuestra espiral nos convertimos en una
línea recta,
donde poder hacer todo lo que él decía que quería hacer con 20 años y con una novia seria,
pero entonces,
llego en insomnio,
y la espiral,
el círculo vicioso,
donde todo se mezclaba,
donde no sabíamos cuando estamos bien o mal,
donde no sabemos cuándo reír o cuando estar serios,
donde no sabemos cuándo estallar...

Pero,  ni siquiera necesito a las noches para soñar todo esto con él, no,
no las necesito,
puedo soñar despierta, ¿no?
¿O el insomnio también llegará con la luz?




* Mi estrategia es que un día cualquiera no sé cómo ni sé con que pretexto por fin me necesites.


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