lunes, 2 de julio de 2012

Cinco minutos en el microondas.


Escuchar por ejemplo "¿por qué no te quedas?" o "sé que algún día volverás" salir de tu hipócrita boca que ni siquiera sabe como llegó a sentir tanto, o como llegó a dejar de respirar por escuchar eso de mi boca, de esa boca que se muere por besar, por morder mi boca desesperada, sedienta de palabras vacías, y a la vez tan llenas de sentimiento, de verdad, de cosas por imaginar.
Esa boca loca por volver a sentirte, a sentirme, a sentirnos. Loca por volver a enmudecer, y a la vez a llenarse de palabras, de gritos locos, desesperados que solo intentan decir "estoy aquí". Ese grito que siempre se escucha más allá de las decepciones, de las huidas, de este amor que siempre camina en círculos negándose a acabar.
-->
Esa boca que siempre tiene que complicarlo todo porque no sabe hacer las cosas fáciles, que siempre duele y luego solo sana a medias; que siempre cree llevar razón y se convierte en la cosa más cabezona del mundo creando círculos de fuego a nuestro alrededor para dejarnos siempre en medio.

No hay comentarios:

Publicar un comentario