Tú eres un beso sin rumbo, y yo un corazón sin respuesta.

Quizá es la perspectiva de alejarte del dolor lo que te ayuda a ver las cosas con más claridad. Quizá sea poder hundir los pies en la arena ardiendo lo que te ayuda a dejar de sentir ese frío tan inmenso que antes nunca se iba, para poder calentar estas ganas de hacer que todo parezca un accidente, que nada parezca soñado de antemano.
No sé, quizá es cierto que no es el momento, ni tuyo, ni mío; pero quizá si es el momento de romper todo, de inundarlo de sed, de ganas; de romper cada duda que se esconde en tus labios entreabiertos, esos que siempre quieren romper mi boca en un instante, sin dejar marcas ni huellas.
Quizá dejar de creer en cuentos de hadas, dejar de creer que vas a llegar y me vas a decir "vamos a ser nosotros". Quizá dejar de creer que te tendré que acompañar a todos los aeropuertos del mundo odiando cada despedida y amando cada reencuentro en el que descubrir que al fin y al cabo, no somos tan distintos.
Dejar todo eso que "puede pasar", dejar de oler a mar y a sal, secarme ese agua que se cuela en cada parte de mi cuerpo queriendo quedarse allí para siempre. Limpiarte esa arena que se puso allí de repente, sin quererlo, sin buscarlo, sin saber que hacer después, queriendo borrar el tiempo perdido en tan solo unas huellas repartidas por el cuerpo; y volver a ponerte la camiseta intentando sonreír y olvidar cada duda que azota mi mente, y preguntándome una y otra vez que es eso que me das que actúa en mí como si fuera la mejor de las drogas.
Convertirlo todo en un desastre, en nuestro pequeño desastre.
Quizá simplemente dejar por fin todos los "quizá", o quizá dejar que mi subconsciente me controle, que los sueños se apoderen de mí.
Quizá sea mejor "vivir soñando", y es que "la vida práctica es un lío".






Pd: No sé que me da tu piel que siempre quiero repetir. Que nunca me quiero alejar.
            Lo triste es esta forma de perdernos siempre. Por mucho que sea capaz de volar en esos segundos.