miércoles, 27 de febrero de 2013

Siempre contigo.

Nunca se está lo suficiente preparado para dejar de soñar y comenzar a vivir. Dejar de lado tu mano sobre mi piel para enfrentarme al hielo y la escarcha de un nuevo amanecer.
Dejar marchar a personas fundamentales para ti, sabiendo que ya no volverán, que ésta vez no es un mal sueño del que despertar más tarde. Dejar de dormir por el miedo a soñar. Dejar de soñar por el miedo a dormir.
Sentir como la nieve se funde al entrar en contacto con tus manos, perdiendo la mirada una y otra vez, fijándola en miles de sitios en los que sabes que ya no estará de nuevo. Paso a paso, llevando en tus hombros el peso de los recuerdos. El peso de una vida marchitada, terminada por la enfermedad de la edad. La del tiempo. La que nunca se cura.
Pero allí está, al final de la habitación diciendo todas aquellas frases que siempre repetía y que ahora me suelo repetir en silencio, como si así pudiera hacer que volviera. Aunque fuera un par de minutos.
Dicen que es mejor decir "te quiero"" a tiempo antes de que sea demasiado tarde. Pero en realidad no sé si es tarde, porque supongo que de ahora en adelante siempre me verá.
Quizá no estaba lo suficiente preparada para mantenerme de pie en mitad de aquella tormenta, aquella que solo azotaba sin dar respiro, sin encontrar una mano amiga.
Cansada de bares y lágrimas rotas. Cansada de dar y no recibir.
Llena de él, y de la vida que nos dedicó, que me dedicó. Llena de esos ojos que dieron color a los míos, de esas manos que me sostuvieron cuando ni tan siquiera mis pequeñas piernas podían andar. Llena de este momento que tanto me ha costado asumir.
Cuando alguien se va es realmente cuando aprendemos a valorar su presencia. Dejamos atrás su ausencia para poder recordarnos como era su presencia.
Y ahora soy, todo lo que ellos hicieron de mí, quizá fría, quizá distante, quizá simplemente buscando un pecho en el que hundir los recuerdos.
Nunca te dije suficientes veces lo mucho que te quería, ahora cada vez que miro al cielo puedo hacerlo.
La memoria reside en aquello que un día nos marcó. Y lo queramos o no, las situaciones complejas son las que más nos marcan. Las que más nos enseñan. Las que más nos demuestran.

No hay comentarios:

Publicar un comentario