o si nunca hemos llegado a empezar.
Si estás,
estoy,
o no estamos.
Porque nosotros no sabemos estar,
ni ser,
por eso somos nosotros.
Porque al rozarte me quedo,
y al recordarte me voy.
Y las ojeras se me llenan de kilómetros,
y de "ojalá".
Ojalá que hoy no me enfríe,
y que tú me derritas.
Ojalá que me quieras más,
o -simplemente- me quieras.
Quizá estas ganas locas de subirme al vaivén de tus caderas,
y no bajarme.
De comerme la noche en tu cuerpo.
De quitarte el -im y convertirte en posibilidad.
O quizá este impulso -innato- de correr en sentido opuesto a tu boca.
Que ya sabes que eso de huir es muy mío.
Agua y aceite.
Tú arriba y yo abajo,
yo abajo y tú arriba,
al menos hemos aprendido algo.
Así que,
¿para qué variar?
Mejor nos mordemos hasta destrozarnos,
seguimos,
resistimos,
caemos.
Callamos y avanzamos,
hacia atrás.
Siempre hacia atrás.
que hacia delante nunca se nos dio bien.
No hay comentarios:
Publicar un comentario