jueves, 19 de enero de 2012

¿Qué hacer con la tormenta?


Y el agua seguía cayendo sobre ella, cada vez más fuerte, como un chorro incesante del que salía humo, ese humo que se iba mezclando con el que salía de su cabeza, esa cabeza que solo quiere salir corriendo, aunque solo sea por unas horas, quizá por unos días o una semanas, sí unas semanas, eso es, justo lo que necesita. Unas semanas para poder huir del agua, quizá para aprender a nadar o quizá para aprender a aguantar la respiración bajo la tormenta y así no ahogarse, para conseguir vaciar sus pulmones de agua y sobre todo escurrir
su maltrecho corazón totalmente ahogado,
el que necesita urgentemente una clase de socorrismo, pero socorrismo avanzado y no ese tipo de socorrismo novato al que está acostumbrada, ese socorrismo que le hace una RCP que le parte las costillas cada vez un poco más, clavándole las astillas hasta en lo más profundo de su músculo rojo, haciendo las astillas tan pequeñas que se quedan clavadas tan profundamente que ese agujero ya no tiene cura.

No hay comentarios:

Publicar un comentario